viernes, 8 de abril de 2011

Hipocresia

Debo confesar cosas inconfesables para él. De vez en cuando confesar no está de más. Siento impotencia y fragilidad, pero a la vez me siento fuerte como nunca. Lo sé, toda una contradicción, pero toda yo es contradicción pura, sin leche. Sé que él está ahí, a mi lado. Sé millones de sentimientos en los cuales la protagonista soy yo. Pero me sucede que a veces soy excesivamente egoísta (o no) y no me basta. Sobre todo cuando se trata de aquella morena. No sabe o no quiere saber que no es turno suyo.Nunca lo fue y menos ahora. No tiene plaza en este dueto. Intenta retar al olvido cuando a la primera de cambio se desvanece como una una ola de mar que en el fondo parece imensa pero en la orilla no es más que líquido invisible. Demuestra derrumbarse en la primera partida, ya que no puede rendirse ante una situación tan tentadora como la que se le ha presentado esta tarde.Ni dos giros de calendario duró su amor, en fin, las ilusiones de ella. Yo sigo aquí, en mi sitio, soy de las que prefieren reservarse las ronda de cañas  y el primer café para una situación más conveniente, pero sobre todo más auténtica.

Que aproveche el café.
Yo mientras dormiré.




Buenas noche, tarde.

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